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Canal Diocesano - Popular TV

Radio Santa María de Toledo "PAN DE VIDA"

Pueden escuchar el programa de radio "Pan de Vida" del Arzobispado de Toledo, España. Programa dedicado a fomentar la Adoración Eucaristica perpetua en la Diócesis de Toledo desde que se inició en el año 2005. Lo interesante de este programa es que durante la primera media hora son testimonios de personas que participan en la adoración y cómo les ha cambiado la vida. En la segunda parte D. Jesús, sacerdote y rector de la Capilla, aclara dudas que le surge a la gente, con sencillez y fiel a la doctrina. El Horario (ESPAÑA) Jueves 20 a 21 horas-- Viernes 1 a 2 horas-- Sábado 0 a 1 horas-- Domingo 9 a 10 horas

martes, 12 de julio de 2011

Dejamos que la voz del Verbo resuene en nosotros.



“Y vendremos a él, y haremos morada en él”

Si miramos hacia nuestros campamentos internos, ¿encontramos la tienda de la shekinah (presencia) de Dios?- “El que no me ama no guarda mis palabras”: ¿son palabras vacías, por nuestra falta de amor, las palabras de Cristo a nosotros? o ¿más bien podemos decir que las observamos como guía de nuestro camino?- “El Espíritu Santo os recordará todo lo que yo os he dicho”: Jesús vuelve al Padre, pero todo lo que dijo e hizo permanece entre nosotros. ¿Cuándo seremos capaces de recordar lo que la gracia divina ha realizado en nosotros? ¿Acogemos la voz del Espíritu Santo que nos sugiere en lo más íntimo el significado de todo lo que ha sucedido?- “Mi paz os doy: La paz de Cristo es su resurrección”: ¿hasta cuándo la inquietud y las manías por hacer, que nos alejan de la fuente del ser, abandonarán el domicilio de nuestra existencia? Dios de la paz, ¿cuándo viviremos únicamente de ti, paz de nuestra espera?- “Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis”: Antes que suceda… A Jesús le agrada explicarnos lo que sucederá con anticipación, para que los acontecimientos no nos sorprendan desprevenidos. Pero, ¿somos capaces de leer los signos de nuestros acontecimientos con las palabras que hemos oído de Él?

Venir a morar. El cielo no tiene lugar mejor que un corazón humano enamorado. Porque en un corazón dilatado los confines se amplían y toda barrera de espacio y tiempo se anulan. Vivir en el amor equivale a vivir en el cielo, a vivir en Aquel que es el amor, y amor eterno.

v. 23. Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él” . En los orígenes de toda experiencia espiritual hay siempre un movimiento hacia delante. Partiendo de un pequeño paso, todo se mueve después con armonía. Y el paso a realizar es solamente uno: Si uno ama. ¿Se puede amar verdaderamente a Jesús? ¿Cómo es que su rostro no se refleja en la gente? Amar: ¿qué significa realmente? Amar, en general, significa para nosotros quererse, estar juntos, tomar decisiones para construir el futuro, darse… pero amar a Jesús no es la misma cosa. Amarlo significa hacer como ha hecho Él, no retraerse frente al dolor, a la muerte; amar como Él significa ponerse a los pies de los hermanos, para responder a sus necesidades vitales; amar como Él nos puede llevar lejos...es así como la palabra se convierte en pan cotidiano del cual alimentarse y la vida se convierte en cielo por la presencia del Padre.

2 comentarios:

  1. Amor. Palabra mágica y antigua como el mundo, palabra familiar que nace en el horizonte de cada hombre en el momento en el que es llamado a la existencia. Palabra escrita en las fibras humanas como origen y como fin, como instrumento y paz, como pan y don, como uno mismo, como los otros, como Dios. Palabra confiada a la historia a través de nuestra historia diaria. Amor, un pacto que siempre tiene una sola denominación: hombre. Sí, porque el amor coincide con el hombre: amor es el aire que se respira, amor es el alimento que se nos da, el descanso de quien confía, amor es el vínculo que hace que la tierra sea un lugar de encuentro. El amor con el cual Dios contempló la creación y dijo: “Es una cosa muy buena”. Y no se ha vuelto atrás del compromiso, cuando el hombre hizo de sí mismo un rechazo, más que un don, un desprecio, más que una caricia, una piedra lanzada, más que una lagrima enjugada. Amó más con los ojos y el corazón del Hijo, hasta el final. Este hombre que se hizo llama ardiente del pecado, el Padre lo redimió, única y exclusivamente por amor, en el fuego del Espíritu.

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  2. Gracias por está reflexión mil gracias un saludo

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